Vet aquí una melodia agradable d'un carter repartint les cartes en bicicleta. Entre parada i parada, descobreix la poesia de Pablo Neruda.
En un moment de la pel·lícula diuen:
"La poesia no és de qui l'escriu,
sinó de qui la necessita".
El cartero de Pablo Neruda
Luis Enríquez Bacalov
(Premi Oscar a la millor banda sonora 1994)
Que bonic seria sentir-nos necessitats de poesia!
Us recomanem un poema de l'escriptor xilè Pablo Neruda, publicat per l'editorial Zorro Rojo com a llibre infantil amb il·lustracions de l'Elena Odriozola.
Oda a una estrella
(Pablo Neruda)
(Pablo Neruda)
Asomando a la noche
en la terraza
de un rascacielos altísimo y amargo
pude tocar la bóveda nocturna
y en un acto de amor extraordinario
me apoderé de una celeste estrella.
en la terraza
de un rascacielos altísimo y amargo
pude tocar la bóveda nocturna
y en un acto de amor extraordinario
me apoderé de una celeste estrella.
Negra estaba la noche
y yo me deslizaba
por la calle
con la estrella robada en el bolsillo.
De cristal tembloroso
parecía
y era
de pronto
y yo me deslizaba
por la calle
con la estrella robada en el bolsillo.
De cristal tembloroso
parecía
y era
de pronto
como si Ilevara
un paquete de hielo
o una espada de arcángel en el cinto.
La guardé
temeroso
debajo de la cama
para que no la descubriera nadie,
pero su luz
atravesó
primero
la lana del colchón,
luego
las tejas,
el techo de mi casa.
Incómodos
se hicieron
para mí
los más privados menesteres.
Siempre con esa luz
de astral acetileno
que palpitaba como si quisiera
regresar a la noche,
yo no podía
preocuparme de todos
mis deberes
y así fue que olvidé pagar mis cuentas
y me quedé sin pan ni provisiones.
Mientras tanto, en la calle,
se amotinaban
transeúntes, mundanos
vendedores
atraídos sin duda
por el fulgor insólito
que veían salir de mi ventana.
Entonces
recogí
otra vez mi estrella,
con cuidado
la envolví en mi pañuelo
y enmascarado entre la muchedumbre
pude pasar sin ser reconocido.
Me dirigí al oeste,
al río Verde,
que allí bajo los sauces
es sereno.
Tomé la estrella de la noche fría
y suavemente
la eché sobre las aguas.
Y no me sorprendió
que se alejara
como un pez insoluble
moviendo
en la noche del río
su cuerpo de diamante.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada